EDITORIAL
EN EL SEPELIO DE ALVARO RAFFO RIVERA
Palabras del doctor Libardo Valencia Quintero.
1 de mayo de 2.012
El fallecimiento de una persona dueña de tan especiales valores humanos como lo fué ALVARO RAFFO RIVERA, no sólo afecta los corazones familiares sino a todos sus conciudadanos, bajo el rigor de la fatalidad inocultable, porque la nobleza de su destino humano dejó sembradas en la sociedad palmirana los méritos propios de su estirpe y la certidumbre de sus claros talentos. La solemne Eucaristía, funeral celebrada en la Catedral de Nuestra Señora del Palmar, permitió hacer expresiva la admiración al gran ausente y el sentimiento de sincera condolencia a su muy distinguida esposa, Señora Yolanda Paláu de Raffo, a sus apreciados hijos, a sus nietos y demás familiares.
Fue Alvaro Raffo Rivera un ser privilegiado en nuestro medio; ponderado en sus pensamientos y diáfano en el trato personal, desempeñó con eficiencia y pulcritud los cargos de Alcalde Municipal y Gerente de las Empresas Municipales; fundó el Club Kiwanis, Institución global de fines caritativos y ordenamiento cívico; por muchos años presidió la Cámara de Comercio donde promovió bajo sus serenas reflexiones campañas de progreso empresarial; y como Presidente del Club Cauca mantuvo en sus salones normas amables de elegancia y señorío.
Comprometió sus disciplinas de riguroso estudio en los hechos históricos de la ciudad natal habiendo escrito los libros “De Llanogrande a Palmira” y “Más de 500 años de Historia” amén de Ensayos del más alto coturno en los medios locales. Con la invaluable colaboración de su esposa publicaron y mantuvieron en circulación la Revista “Aquí está Palmira” lamentablemente desaparecida, frustrándose así el esfuerzo intelectual y regional de sus fundadores, como quiera que se trataba de un medio de moderna y cuidadosa edición cuyas páginas preservaban las tradiciones de la comarca y el registro gráfico de las gentes y los hechos de la ciudad.
Traté al Patriarca desde hace muchos años y lo digo con orgullo que nuestra amistad afianzó sus méritos de noble entendimiento cuando el destino de nuestras vidas se consolidó en comunes instancias de servicio al bien público en lo administrativo y en lo judicial, respectivamente, siendo entonces cuando tuve la oportunidad de apreciar su conducta de altas miras como dirigente de la colectividad, la rectitud de sus principio morales, la fidelidad en sus propias convicciones y la coherencia en todos los actos de su vida.
En unión de mi esposa Rosalba expresamos cordiales sentimientos de condolencia y solidaridad a nuestra muy querida amiga Yolanda Paláu de Raffo, a sus apreciados hijos Alvaro Pío, María Mercedes y María Catalina, a su nuera y yernos Escobar Lozano, Caicedo Prado y Llano Henao, a sus nietos y demás familiares, deseando la resignación de sus afligidos corazones.
Paz en la tumba del gran amigo y que el Señor nuestro Dios acoja su alma para la eternidad.
Libardo Valencia Quintero
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